miércoles, 11 de marzo de 2015

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Dentro de nueve días tendremos un 2x1 astronómico: una Super Luna y un eclipse solar. La Super Luna (19/03 a las 19:38 UTG) consiste en que la Luna está en su momento de mayor acercamiento a la Tierra porque su órbita es elíptica y la Tierra no está justo en el punto central. En cuanto al eclipse de Sol (20/03 a las 22:45 UTG), pues es muy fácil, nos lo explican cada vez que ocurre: la Luna tapa al Sol y si lo miras fijamente, te quedas ciego, como todo el mundo sabe. Más info.

Pero esto es sólo el preámbulo, porque en agosto llega... ¡El Eclipse Galáctico! A partir del 24 de agosto, viviremos tres días sin Sol. Al parecer, todo el Sistema Solar (que no está ahí quieto flotando en la nada sino que va navegando misteriosamente), pasará por una Brecha Oscura de la galaxia, que estará entre el Sol y la Tierra durante esos días y se llevará los fotones, aunque en teoría esto no alterará la temperatura. Más info.

No tengo ninguna historia en otro planeta, por desgracia, pero yo diría que una vez vi una Super Luna. Era la noche de San Juan, una de las primeras que pasaba en Barcelona, y habíamos bajado hasta la playa para hacer el hippy. Yo hablaba con un californiano increíblemente divertido y peligroso. Y de pronto, por detrás de aquel tipo, del mar emergió una bola blanca gigante. Para que se hagan una idea, la Luna era tan increíble que yo ya no veía ni oía al californiano. Aquello duró mucho rato. Luego aparecieron esas máquinas terribles que arrancan de madrugada al final de la playa para traernos de vuelta a la realidad; cuatro bulldozers que se van acercando a toda velocidad, haciéndose cada vez más grandes, levantando una tormenta de arena y polvo, iluminando con sus focos las siluetas de hombres y mujeres que corren a trasluz hacia la ciudad. Una especie de servicio de limpieza salido de Mad Max. 

Estaría bien que, con esos fotones, la Brecha Oscura se llevara a unos cuantos capullos que sobran en este planeta. Y de paso que se lleven los bulldozers también, por favor. 



Cuando salió la Luna, 
el californiano ya no estaba allí