sábado, 14 de marzo de 2015

11

Paul Valéry dijo una vez, al contemplar la belleza de cierta encuadernación, que le entraban ganas de que lo encuadernaran a él. Esta semana he comenzado un curso de encuadernación artesanal. Más allá de la fascinación primera por la cantidad de palabras que he aprendido en un día, las máquinas tan especializadas, las herramientas para cada mini paso, los procesos, las medidas, que convierten el local en el Taller de las Maravillas, me fascina la actitud de la maestra encuadernadora y lo que encierra. 
Me ha debido de ver preocupada por hacerlo bien, porque lo primero que me ha dicho es: si no te sale, no pasa nada, ¡no nos vamos a suicidar!. Mientras explica, lo toca todo, se mueve, dibuja, saca un papel, lo chupa para enseñarte el sentido de fibra, te corrige, se ríe, te cuenta cosas. A medida que voy haciendo cada paso y metiendo la pata en todo tipo de detalles invisibles que yo no veo, la maestra me hace retroceder un poco y repetirlo. Así, para atrás y para adelante, han ido apareciendo herramientas de nombres sonoros que sirven para ir corrigiendo imperfecciones, porque con las imperfecciones también tienes que trabajar, están previstas, son parte del oficio, han permanecido, junto con el vocabulario y las herramientas, a lo largo de los siglos. La maestra encuadernadora lo sabe y por eso me dice que no nos vamos a suicidar. Porque no hay apocalipsis en el taller de las maravillas.  
  

El ingenio es mi máquina favorita

jueves, 12 de marzo de 2015

10

Jorge se levanta por la mañana y desayuna. Me refiero a Jorge, el ministro del Interior. Se acicala, se pone camisa y corbata porque hoy se reúne con sus homólogos europeos. Se monta en el avión y lee los periódicos. Igual mira por la ventana para ver la muga de los Pirineos, esa cordillera que para unos separa España de Francia, y para otros separa al verdadero Occidente de lo que ya empieza a ser África. A medida que se acerca a Bruselas, repasa los apuntes de inglés. 
Cuando llega, Jorge se saca una foto de grupo, va a todas las reuniones, y dice lo que ha venido a decir: la Agencia Europea de Control de Fronteras (Frontex) no es una agencia de salvamento. Lo que en la práctica quiere decir que si las autoridades saben que doscientos inmigrantes se van a ahogar, no vamos a mover un dedo. Luego dice dos frases para decorarlo, añade que el toque humanitario siempre está por encima de todo, y no se da cuenta del gran oxímoron estructural de lo que acaba de decir. O, si se da cuenta, desde luego no se siente responsable, porque cualquier atisbo de desazón se desvanece con dos palabras mágicas: efecto llamada. No podemos salvarlos, se dice Jorge, porque hay que evitar el efecto llamada. Luego sale en los periódicos.
Hay mucha gente así, no sólo en política. Cuanto mayor es el sistema en el que estás metido, más gente así te encuentras. Por pura estadística y porque los sistemas se van deshumanizando a medida que se amplían, porque la gente se compartimentaliza y lo que le pase al departamento del cuarto primera al otro se la refanfinfla. 
Desde hace tiempo sabemos que el mundo es un sistema interconectado gracias a la metáfora del aleteo de la mariposa que provoca un huracán en la otra punta. Por la misma regla de tres, cuando Jorge en su casa le da vueltas al café y se pone los gemelos, a lo mejor está provocando una hambruna en Sudán. Igual que la mariposa, Jorge no se entera de esto, porque está desayunando. 
Ante un problema complejo y urgente (y cualquiera puede en diez minutillos repasar la cantidad de matices y opiniones que hay sobre un mismo tema), Jorge (que es ingeniero) repite como un loro lo del efecto llamada como única conclusión. Yo conozco a muchos ingenieros y por lo general, cuando hay que solucionar algo, se lo toman como algo personal y lo intentan de todas las maneras posibles. Y si no tienen la solución a mano, se inventan una. Y Jorge será ingeniero, pero para hacer algo más tendría que tomarse esto como algo personal. Y, en realidad, se la refanfinfla. 

Todos somos la mariposa


  

miércoles, 11 de marzo de 2015

9

Dentro de nueve días tendremos un 2x1 astronómico: una Super Luna y un eclipse solar. La Super Luna (19/03 a las 19:38 UTG) consiste en que la Luna está en su momento de mayor acercamiento a la Tierra porque su órbita es elíptica y la Tierra no está justo en el punto central. En cuanto al eclipse de Sol (20/03 a las 22:45 UTG), pues es muy fácil, nos lo explican cada vez que ocurre: la Luna tapa al Sol y si lo miras fijamente, te quedas ciego, como todo el mundo sabe. Más info.

Pero esto es sólo el preámbulo, porque en agosto llega... ¡El Eclipse Galáctico! A partir del 24 de agosto, viviremos tres días sin Sol. Al parecer, todo el Sistema Solar (que no está ahí quieto flotando en la nada sino que va navegando misteriosamente), pasará por una Brecha Oscura de la galaxia, que estará entre el Sol y la Tierra durante esos días y se llevará los fotones, aunque en teoría esto no alterará la temperatura. Más info.

No tengo ninguna historia en otro planeta, por desgracia, pero yo diría que una vez vi una Super Luna. Era la noche de San Juan, una de las primeras que pasaba en Barcelona, y habíamos bajado hasta la playa para hacer el hippy. Yo hablaba con un californiano increíblemente divertido y peligroso. Y de pronto, por detrás de aquel tipo, del mar emergió una bola blanca gigante. Para que se hagan una idea, la Luna era tan increíble que yo ya no veía ni oía al californiano. Aquello duró mucho rato. Luego aparecieron esas máquinas terribles que arrancan de madrugada al final de la playa para traernos de vuelta a la realidad; cuatro bulldozers que se van acercando a toda velocidad, haciéndose cada vez más grandes, levantando una tormenta de arena y polvo, iluminando con sus focos las siluetas de hombres y mujeres que corren a trasluz hacia la ciudad. Una especie de servicio de limpieza salido de Mad Max. 

Estaría bien que, con esos fotones, la Brecha Oscura se llevara a unos cuantos capullos que sobran en este planeta. Y de paso que se lleven los bulldozers también, por favor. 



Cuando salió la Luna, 
el californiano ya no estaba allí




8

Y, no todo va a ser escribir. También se puede bailar.

lunes, 9 de marzo de 2015

7

Un día en una isla conocí a un chaval de unos 15 años, fumando en la puerta de un centro comercial. Bajo el solazo caribeño me contó que, igual que yo había ido hasta allí, él se iba también de viaje, a Canadá, a talar árboles al bosque. Por instinto, lo primero fue preocuparme por si tenía abrigo. Se lo daban, me dijo. Los pies. No, también le daban botas. Le hablé de Michael Ondaatje y de In the skin of a lion. Eso no se lo daban. No leo mucho, me dijo. Le hablé de un hombre en los Diarios de Susanna Moodie, de Margaret Atwood, que volvía de los bosques a su casa convertido en hombre lobo, en hombre bestia. No le asustaba el bosque; le gustaba hablar de aquellos inmigrantes que habían ido a trabajar a Canadá antes que él. Aquel chaval se había cansado de su isla y estaba decidido. Lo miré a los ojos y entonces me acordé de un autor de su misma isla, que escribió la historia de Joebell y de su viaje a América. Joebell find that he seeing too much hell in Trinidad so he make up his mind to leave and go away... 
Siempre que leo a Margaret Atwood me acuerdo de este chaval y me pregunto si tendrá unas buenas botas allá en el bosque. 


They carry their carpetbags and trunks
with clothes, dishes, the family pictures;
they think they will make an order
like the old one, sow miniature orchards,
carve children and flocks out of wood

From "The Immigrants", 
in The Journals of Susanna Moodie
by Margaret Atwood






domingo, 8 de marzo de 2015

6

A WOMEN'S ISSUE
by Margaret Atwood

The woman in the spiked device
that locks around the waist and between
the legs, with holes in it like a tea strainer 
is Exhibit A.

The woman in black with a net window
to see through and a four-inch
wooden peg jammed up
between her legs so she can't be raped
is Exhibit B.

Exhibit C is the young girl
drageed into the bush by the midwives
and made to sing while they scrape the flesh
from between her legs, then tie her thighs
till she scabs over and is called healed.
Now she can be married.
For each childbirth they'll cut her
open, then sew her up.
Men like tight women.
The ones that die are carefully buried.

The next exhibit lies flat on her back
while eighty men a night 
move through her, ten an hour.
She looks at the ceiling, listens
to the door open and close.
A bell keeps ringing.
Nobody knows how she got here.

You'll notice that what they have in common
is between the legs. Is this
why wars are fought?
Enemy territory, no man's
land, to be entered furtively,
fenced, owned but never surely,
scene of these desperate forays
at midnight, captures
and sticky murders, doctors' rubber gloves
greasy with blood, flesh made inert, the surge
of your own uneasy power.

This is no museum.
Who invented the word love?


Good dog
by Paula Rego



5

En teoría la niñez define todo lo que viene después como una sopa primigenia contiene el germen del futuro. Pero no todo es germen. Cuando llevas tiempo lejos de casa, al volver siempre hay una parte (cada vez más extensa) que no encuentras en la sopa original de tu ciudad. Toda la vida viviendo aquí y allá, no como visitante sino como local y resulta que al final donde llegas como turista es a tu propio pueblo. Al hecho inevitable de que ya nunca estás en los días de diario, se suma una especie de parálisis del tiempo: tu yo de adolescencia y juventud te espera en la estación al llegar.
Hoy he cruzado la ciudad hasta el barrio donde nací y he parado frente a un escaparate. Ahí estaba, junto a otros libros, Mary MacLane. Dentro había un concierto de folk tranquilo, gente sentada, de pie, niños, libros, y me he quedado en un rincón escuchando, imaginando que hoy era un día de labor, que había salido de trabajar y que estaba esperando a alguien antes de volver a mi piso frente a la playa de gros (imaginar es gratis). En esa librería me ha parecido que la ciudad y yo volvíamos a ir a la par. 
Luego he caminado hasta el puente y al cruzar el río olía a mar y a pez. 

Era la librería Garoa Kultur Lab